El Incidente Dyatlov. Montes Urales, Rusia.

No es la primera vez que digo que para mi, hay dos países que se llevan la palma en cuanto a misterios se refiere, uno de ellos es México y el otro es Rusia. En todos los países existen misterios, eso es evidente, pero estos dos, son los que yo creo que guardan más y más celosamente los suyos.

Uno de esos misterios, del cual ya se ha escrito mucho, es el llamado Incidente Dyatlov. Como os digo, se ha escrito bastante sobre el tema, pero debido a que sigue siendo un misterio del cual aún no se sabe absolutamente nada, merece que haga una entrada… también porque es uno de los temas que junto a todo el tema de Tunguska, marca uno de los misterios mas extraños de Rusia y uno de los que más me apasiona desde que leí sobre el tema hace ya años.

Por favor, recordad que en este artículo hay fotografías que pueden herir la sensibilidad de algunas personas, en especial aquellos que seáis aprensivos a ciertos tipos de fotografías (cadáveres o violencia).

Empecemos.

El Incidente Dyatlov (también llamado El Incidente del Paso Dyatlov), sucedió  a principios de 1959.

Nueve estudiantes y un guía experimentado, se dieron reunión en los Urales para iniciar una expedición para ascender uno de las montañas más peligrosas de la cordillera, conocida con el nombre de Gora Otorten.

Los nueve jóvenes, brillantes estudiantes universitarios, eran además, deportistas de élite, cosa que en la época en la que se sucedieron estos hechos, no era nada anormal, ya que los deportistas de élite rusos eran bien conocidos en todo el mundo en diferentes categorías. Estos jóvenes, no sólo se preparaban para la ascensión del Otorten, si no que esto debía servir de preparación para una futura expedición al Polo Norte, la cual, sería mucho más extrema que la que estaban a punto de empezar.

Los nueve jóvenes y el guía eran:

• Igor Dyatlov, 23 años. Líder de la expedición y estudiante de radio.
• Zinaida Kolmogorova, 22 años. Estudiante de radio.
• Rustem Slobodin, 23 años. Estudiante en la Facultad de Ingeniería.
• Yuri Krivonischenko, 24 años. Estudiante en la Facultad de Ingeniería.
• Nikolai Thibeaux, 24 años. Estudiante en la Facultad de Ingeniería.
• Lyudmila Dubinina, 21 años. Estudiante de Economía.
• Yuri Doroshenko, 21 años. Estudiante de Economía.
• Alexander Kolevatov, 25 años. Estudiante de Geotécnia.
• Yuri Yudin, 24 años. Único superviviente del grupo.
• Alexander Zoloratev, 37 años. Guía de la expedición y veterano de la Segunda Guerra Mundial.

Todos los estudiantes, excepto el guía, formaban parte de la Universidad Técnica Estatal de los Urales, en Ekaterimburgo.

El grupo de estudiantes, llegó en tren a la ciudad de Ivdel el 25 de Enero de 1959. Desde allí, un camión se ofreció a llevarles hasta el puesto de Vizhai. La pequeña ciudad de Vizhai se creó cuando unos escaladores a principios del siglo XX llegaron hasta allí para establecer un campamento base antes de empezar a escalar las montañas que rodean la zona. Con el tiempo, talaron árboles y construyeron cabañas donde hospedarse, de esta forma, quien quería escalar la montaña Otorten o Kholat, se hospedaba en la aldea. Con el tiempo fue creciendo hasta crear una ciudad que aún hoy en día, sirve de base para muchos excursionistas, esquiadores o escaladores.

El equipo sabía que ese era el último punto habitado en muchos kilómetros a la redonda, así que descansaron durante un día y el 27 de Enero de 1959, salieron de Vizhai junto con el guía, enseres y los víveres necesarios, hacia el Otorten.

La mala suerte (o quizás la buena suerte), provocó que el joven Yuri Yudin se encontrase mal al día siguiente de partir de Vizhai. La ruta que emprendían, y en esa época del año, estaba catalogada como «Categoría III», la más extrema. Una antigua lesión de espalda hizo que el joven Yuri se pusiese seriamente enfermo y tuvo que regresar a Vizhai donde podría recibir un mejor cuidado y descansar lo que fuese necesario para recuperarse mientras esperaba la vuelta de sus amigos, unos días después.

El grupo quedaba ahora con 9 personas (2 mujeres y 7 hombres), todos ellos perfectamente preparados para la tarea que se les presentaría unos días después, cuando llegasen casi a la base del Otorten.

Los deportistas, iban perfectamente preparados para documentar todo el camino. Diferentes miembros del grupo llevaban diarios de ruta así como varias cámaras fotográficas donde iban recogiendo fotografías del camino y del grupo.

En un valle cercano al Otorten, cogieron más víveres que necesitaban para el camino y la ascensión de la montaña, y esta vez sí, el camino duro empezaría de inmediato. Era 31 de Enero y  a la mañana siguiente, empezaría la ruta de ascenso.

El Otorten no era muy alto, en sí, según mediciones de los años 50, tenía una altura de 1.182 metros (según medición actual, su altura es de 1.234 metros), pero aún teniendo una altura limitada, el ascenso era considerado como muy duro y peligroso. En si, tal y como el jefe de la expedición, Igor Dyatlov había informado, la idea era que enviaría un telegrama al Club Deportivo al que pertenecía tan pronto como los escaladores regresaran a Vizhai. Igor, que era un deportista ruso de élite y tenía sobrada experiencia en escalada a su edad, calculó que eso sucedería a lo más tardar, el 12 de Febrero. Realmente, la fecha era aproximada, ya que calculaba que volverían antes de esa fecha, pero decidió dar unos días más a la expedición por si surgía algún contratiempo, poder llegar a tiempo de enviar el telegrama.

El día 1 de Febrero se pusieron en marcha para la ascensión del Otorten. El día había amanecido con un fuerte viento y una tormenta de nieve que les impedía una buena visibilidad. Al poco de empezar la ascensión, el tiempo empeoró y el guía, junto a Dyatlov, se dieron cuenta rápidamente que se habían desviado de la ruta, pero no sabían cuanto, lo que tenían claro es que se estaban dirigiendo hacia la montaña Kholat Syakhl en vez de ascender el Otorten. Ante la incapacidad de ubicarse correctamente, decidieron parar y montar un campamento. Así pues, lo dejaron todo y montaron la gran tienda cerca de un espeso bosque de pinos donde todos descansarían hasta que el tiempo mejorase. La temperatura, aún siendo de día, rondaba los 30 bajo cero.

El 12 de Febrero no se recibió ningún telegrama.

El 20 de Febrero, el Club Deportivo así como los padres de los jóvenes, decidían dar la voz de alarma para que empezara la búsqueda de los jóvenes, de los cuales no se tenían noticias desde hacía 19 días.

El 26 de febrero, el equipo de rescate, encontraba la tienda de campaña, la cual estaba en un estado deplorable.

La tienda, tenía todo el material que transportaban dentro. No se hizo ningún inventario, pero se asumió que no faltaba nada, principalmente porque encontraron las cámaras fotográficas y los diarios en su interior. Dichas cámaras así como todos los carretes, fueron inmediatamente confiscados por los equipos de rescate. También se quedaron con los diferentes diarios que se llevaban durante la expedición, incluido el del jefe de la expedición Dyatlov.

El equipo de rescate descubrió unas huellas que llevaban hacia el bosque. Dichas huellas, tenían una separación superior entre ellas de las que una persona dejaría al andar, con lo que demostraban que habían sido hechas por alguien que corría, y lo hacía en dirección contraria a la tienda de campaña y en dirección al bosque. Las siguieron y no tardaron en encontrar a los primeros escaladores.

A los pies de un inmenso pino, encuentran una especie de restos de una fogata, cantidad de ramas por el suelo y dos cuerpos congelados tendidos boca arriba medio enterrados por la nieve y por restos de ramas del árbol.

Son los escaladores Yuri Krivonischenko y Yuri Doroshenko. Ambos iban vestidos sólo con la ropa interior (en este caso no hablamos simplemente de unos calzoncillos y una camiseta de manga larga, era ropa interior de escalador y de riguroso invierno). Los dos presentaban heridas profundas en los brazos y manos, y alrededor de ellos había mucha sangre. Así mismo, los investigadores pudieron ver que el pino bajo el cual se encontraban los cuerpos, tenía también muchas manchas de sangre y restos de piel. Esto indicó a los investigadores que, o bien estaban intentando subir (o habían subido ya), o bien lo que querían era arrancar tantas ramas como fuese posible para alimentar el fuego que se encontraba cercano a donde estaban. Sea como sea, lo que quedó claro, es que las heridas que tenían ambos, no eran motivo para fallecer, con lo que se clasificó su muerte como hipotermia.

El equipo de rescate no tardó en encontrar otros tres cuerpos más. Esta vez las dudas empezaban ya a dispararse, ya que los estos tres cuerpos, a diferencia de los otros dos, ya presentaban ciertos rasgos un tanto extraños.

Los tres cuerpos que se encontraron fueron los de Igor Dyatlov, Rustem Slobodin y Zinaida Kolmogorova.

Lo verdaderamente extraño de estos tres cuerpos es que los tres presentaban rigidez antes de su muerte, y eso lo determinaron los investigadores forenses en base a cómo se habían encontrado los cuerpos y las posturas que tenían.

Igor Dyatlov tenía una rama de abedul en una de sus manos, y con la otra, trataba de protegerse el cráneo de algo o alguien. Rustem Slobodim tenía una perforación en el cráneo de 2 centímetros de diámetro, pero no parecía hecha por ningún traumatismo, ya bien fuese un golpe, una bala… etc. Parecía un agujero hecho de manera consciente y sin ningún tipo de fuerza. Sólo tenía un agujero, ningún otro que indicara una posible salida. En cuanto a la joven Zinaida, los científicos también corroboraron la rigidez antes de morir, pero lo verdaderamente extraño sobre ella era que tenía el pelo totalmente blanco y su piel era de un color naranja intenso. No presentaba ningún traumatismo, golpe o algo que provocara su muerte.

Cabe destacar que los tres cuerpos, estaban ubicados hacia la tienda de campaña. Las huellas demostraban que los jóvenes escaladores habían hecho lo más lógico al encontrarse con algún problema. Se habían reunido en un punto concreto y habían encendido un fuego para calentarse. Que los tres cuerpos se encontraran en dirección a la tienda no tendría mayor secreto, si no fuese por el hecho de que estaban separados entre sí. No guardaba mucha lógica que se hubiesen reunido para formar un grupo ante algún problema, y que luego se fueran hacia la tienda uno a uno y separados entre ellos varios cientos de metros. Dyatlov estaba a 300 metros del pino, Slobodim estaba a 480 metros del pino y la joven Zinaida Kolmogorova se encontraba a unos 630 metros del pino.

Los investigadores, llegaron a la conclusión que los tres también murieron por hipotermia, incluso Rustem Slobodim, ya que una posterior investigación de la perforación que tenía en el cráneo, corroboró que la herida no podía haberle provocado la muerte.

Los investigadores y equipo de rescate siguieron con su trabajo buscando a los cuatro miembros del equipo que todavía no habían aparecido. Pese a un exhaustivo reconocimiento de la zona, y ampliando el radio de búsqueda constantemente, los cuatro miembros restantes, no aparecieron.

Tuvieron que pasar dos meses de intensa búsqueda para que al final diesen con ellos.

Fueron hallados el 4 de Mayo de 1959, y con ellos, todo el misterio en torno a este caso, se disparó de manera exponencial.

 

Los cuatro estaban en una especie de zanja muy cerca de donde se encontraba el campamento al lado del pino. Estaban bajo 4 metros de nieve, que habiendo llegado el deshielo primaveral, provocó que unos exploradores Mansi (los nativos de aquella zona), encontraran los cuerpos con ayuda de los perros que llevaban.

De ellos se explica en el informe forense que, Alexander Kolevatov, murió de hipotermia (no se especifica mucha más cosa sobre el cadáver de este excursionista). Nikolai Thibeaux tenía el cráneo aplastado, presentando fracturas masivas por uno de los lados, que casi con toda seguridad, le provocaron la muerte…. pero es en los otros dos cuerpos donde se encuentra el mayor de los misterios.

Alexander Zoloratev tenía el pecho totalmente roto, numerosas fracturas en las costillas, pero que eran en una zona del pecho y en posición vertical, abarcando varias de ellas. Tenía una hemorragia interna masiva, pero lo más curioso del caso, es que su cuerpo parecía haber envejecido de forma espontánea, ya que parecía, no sólo muchísimo más viejo, si no que además, no tenía ojos. El cuerpo estaba anormalmente arrugado, no tenía pelo, le faltaban algunos dientes y pareciera como si estuviese momificado pero sin estarlo.

En cuanto a la joven Lyudmila Dubinina, tenía el mismo tipo de fractura en sus costillas que Alexander, alguien le había arrancado la lengua y su cabeza estaba totalmente girada hacia atrás, cosa que confirmaría después que tenía el cuello roto. Lo más extraño del cadáver de la joven era que sus ropas tenían radiactividad, y en niveles realmente importantes, no letales, pero muy peligrosos.

Los cuatro últimos cuerpos encontrados, después de las autopsias, revelaron algo francamente sorprendente y que el forense hizo constar. Según diría, era como si los cuatro cuerpos hubiesen sido víctimas de un choque, indicando que, era como si los cuerpos hubiesen ido a gran velocidad y hubiesen frenado en seco, debido a las hemorragias internas que presentaban los cuatro cadáveres… sin embargo, no había ninguna lesión exterior, a este respecto, todas las lesiones eran internas, no revelando ningún daño superficial en la piel de los jóvenes.

El día de los entierros, los familiares de los 9 escaladores, informaron que los cuerpos de sus familiares estaban adquiriendo un extraño tono naranja oscuro (marrón en algunos casos). Las autoridades hicieron caso omiso a este detalle y los nueve fueron enterrados a la mayor brevedad.

Con el paso del tiempo, y al no poder descubrir nada más sobre lo sucedido, la investigación fue cancelada. En el informe policial se hizo constar que los nueve jóvenes habían muerto a causa de «Una misteriosa fuerza no humana»

De esta forma se daba por cerrado uno de los casos más misteriosos de la Unión Soviética.

Muchas teorías...

Está claro que todo lo sucedido en aquel viaje fue un completo desastre. Pero después de tanta muerte extraña, surgen las preguntas… la más importante es ¿qué sucedió aquella noche, en la que nueve personas jóvenes, sanas, fuertes, con alta experiencia en montaña sufrieran las atrocidades que sufrieron ellos?.

Muchas son las teorías que sobre esto se han escrito, pero la realidad es que no son más que eso, teorías, porque a ciencia cierta, poco o nada se sabe sobre lo que pasaron estos jóvenes.

Una de las primeras teorías que surgieron es que fueron los mismos Mansi (los nativos de la zona), los que acabaron con la vida de los 9 jóvenes. Para ellos estas las dos montañas donde se encontraban los jóvenes son sagradas y malditas a la vez. Igual los jóvenes entraron en algún terreno en el que no debían entrar y sufrieron la ira de los pobladores Mansi. En la lengua de los nativos la montaña Kholat Syakhl significa «Montaña de la Muerte» y la palabra Otorten significa «Nunca vayas allí».

La realidad es que esta teoría fue rápidamente descartada por un motivo muy sencillo… no había huellas. Ni de otros hombres, ni de animales ni ningún otro tipo de rastro… cero huellas EXCEPTO las de los mismos excursionistas.

Esto, por defecto, descartaba también el ataque animal, ya bien fuesen lobos, u otros depredadores o incluso algún animal desconocido.

La realidad es que los jóvenes huyeron despavoridos, pero no se sabe de qué ni porqué motivo.

Otra teoría que se baraja es la teoría de los ovni… veréis, hay una declaración hecha por diferentes personas (escogidas al azar y que viven relativamente cerca de la zona), así como por otros excursionistas que se encontraban a unos 40 Km de la zona donde sucedieron los hechos Dyatlov, que declararon que aquella noche, se vieron unas extrañas esferas que subían y bajaban del cielo.

Hay explicaciones sobre lo sucedido que atribuyen todo lo sucedido a los ovni, estos habrían encontrado a los excursionistas y éstos, asustados habrían salido corriendo para posteriormente, morir de hipotermia, pero esto no explica los dos cuerpos a los que les faltaban los ojos, ni los traumatismos internos, ni tan sólo el cuerpo del guía, que envejeció de repente… aunque según teorías, sí podría explicar el tema de la radiación de la ropa de la joven.

Otra de las teorías, hace referencia a espíritus que estarían errantes por la zona donde los jóvenes acamparon.

Quizás por casualidad, los Mansi explican que una vez 9 de sus mejores expedicionarios se atrevieron a ir a la montaña Kholat Syakhl y no volvieron nunca, cuando se decidieron a ir a buscarlos, los Mansi descubrieron que los 9 habían muerto congelados en extrañas posturas. Hubo en esa zona, un accidente de avión. En ese avión volaban 9 personas que al cruzar por encima de la montaña, cayó y los nueve tripulantes murieron… en el incidente Dyatlov, murieron 9 escaladores.

 

Otra teoría hablaba sobre (como no en la antigua Rusia), sobre los militares.La zona de los Urales era una zona militares por todos los sitios. Existía una fábrica química militar, relativamente cerca de donde los jóvenes acampaban.

En la tienda, se encontraron unas gafas militares rusas. Este tipo de gafas eran exclusivamente de uso militar, así que quien las llevaba, se sabía de manera segura y sobrada que pertenecía al todopoderoso ejército ruso.

De hecho, Yuri Yudin siempre ha creído que los militares estuvieron mezclados en la muerte de sus amigos, y era algo que no escondía, pues lo decía abiertamente incluso pocos años después.

Esta teoría explicaría la muerte de los 9, ya que se supone que vieron alguna cosa que no debieron, o sencillamente, fueron rociados con alguna sustancia química experimental.

 

Pasara lo que pasara, es algo que nunca llegará a saberse. Todo lo que se podía hacer por ellos era levantar este monolito para que los nueve jóvenes no fuesen olvidados.

Hay muchas más teorías, pero tan sólo son eso, teorías. Nada se ha comprobado, nada se ha demostrado, nada ha llegado a saberse, excepto que todas las fotos, diarios e información sobre este caso, fue requisada, clausurada y es considerada como un secreto.

No creo que nunca lleguemos a saber qué les pasó, y pienso que siempre quedará como uno de esos misterios que nunca llegarán a saberse. La Madre Rusia es muy celosa de sus cosas, y en este caso, lo es.

Dani,

13 de Mayo de 2018

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