Nuestro planeta es, a parte de materia, energía. Hay lugares en el mundo que cuando vas, te hacen sentir bien, y otros mal. Y hay lugares que, sencillamente poseen energía. No es ni buena ni mala, son sitios clave. Lugares donde por algún motivo la energía está  acumulada allí.

La Zona del Silencio en México es un lugar donde esas energías, son incluso capaces de engullirse las comunicaciones de radio. Es un lugar con historias curiosas y con bastante misterio.

Empecemos…

El Bolsón de Mapimí, es una cuenca ubicada en las llanuras y las Sierras del  Norte de México. Está compartida entre los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua. Es una zona totalmente desértica que antaño contuvo pequeños lagos que eran alimentados por riachuelos que había en la zona. Actualmente ya no existen ni las lagunas ni los pequeños ríos. Aún así, El Bolsón de Mapimí, es actualmente una Reserva de la Biosfera.

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Ubicación del Bolsón de Mapimí. La fotografía no es nuestra.

Y es precisamente donde los tres estados convergen, donde podemos encontrar La Zona del Silencio.

El nombre, no exento de curiosidad, es precisamente porque en esa zona, las ondas de radio y otras frecuencias, son literalmente tragadas por fuerzas electromagnéticas. No es que no existan comunicaciones en la zona, es sencillamente que no se propagan en esa zona.

A parte de las comunicaciones, hay que tener otra cosa en cuenta, y es que las brújulas tampoco funcionan. Teniendo en cuenta que nos encontramos en una zona desértica de aproximadamente 50 Km cuadrados, aventurarse por esa zona sin conocer el terreno, es cuanto menos, peligroso.

Lo que realmente es curioso, es que, aún siendo una zona notablemente rocosa, se han hecho investigaciones sobre el terreno que indican que las piedras y rocas del lugar, apenas contienen hierro, con lo que la pregunta es inmediata… ¿De dónde sale ese magnetismo lo suficientemente potente como para volver locas a las brújulas e impedir que las ondas se propaguen?

Pues no se sabe con toda seguridad, pero se especula que hace millones de años cayó un gran meteorito que hoy en día estaría bajo tierra y que aún tendría el tamaño suficiente como para provocar esas interferencias.

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Ubicación de La Zona del Silencio. La fotografía no es nuestra.

Aún hoy en día, La Zona del Silencio es el lugar de nuestro planeta donde caen más meteoritos con diferencia. Sabiendo el tamaño que tiene, no deja de ser curioso que en tan pequeño espacio de tierra, cientos de meteoritos vayan a parar al mismo lugar.

Lo cierto es que si dejamos de lado el hecho, posible o no, que cayese un meteorito en esa zona hace millones de años, es que existe una leyenda que podría hablar de lo mismo, pero con diferencias… Es una leyenda milenaria que ha pasado de boca en boca por los grupos indígenas en la frontera entre Zacatecas y Coahuila. La leyenda habla de «Los Hermanos Blancos» que bajaron del cielo, montados sobre una estrella y aterrizaron sobre lo que hoy se conoce como La Zona del Silencio.

Todo es muy peculiar en aquel lugar cuando se habla de «luces brillantes». Una de las situaciones en las que muchas personas se encuentran, es una luz brillante que te sigue cuando conduces por las inmediaciones. La luz se mueve paralela al vehículo. Suele estar a unos 50 metros del coche que se conduce, acelerando o frenando al mismo ritmo que el que conduce el coche acelera o frena el mismo. Un rato después, la misma luz o se desvía alejándose del coche o se eleva hasta perderse de vista.

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Luces que circulan paralelamente a las carreteras para luego desaparecer. La fotografía no es nuestra.

Dentro de la cantidad de hechos que se suceden en este lugar, hay unas cuantas que sorprenden por lo sucedido. No dejan de ser historias, es cierto, pero muchas tienen documentación real sobre lo sucedido.

El Misil Athena.

En Julio de 1970, se lanzó desde la Base Militar de Green River en Utah un misil Athena, que tenía las coordenadas prefijadas. Este misil, debía caer en el desierto, en la zona militar de White Sands en Nuevo México. Contenía en su interior una pequeña cápsula de Cobalto 57.

Después del lanzamiento, todo era correcto en cuanto a su rumbo, pero un rato después, el misil empezó a desviarse. Sobrepasó el lugar donde debía estrellarse y fue a caer directamente sobre La Zona del Silencio. Por algún motivo, que de hecho aún hoy en día no se sabe, se desvió 400 Km al sur de su destino original.

Hay dos supuestos sobre los que se especula que el misil se desvió de su rumbo, y ambos son extraños y curiosos a la misma vez.

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1970, crater provocado por el misil Atena en La Zona del Silencio. La fotografía no es nuestra.

Una de las teorías dice que llegando ya a Nuevo Mexico, el misil desvió su rumbo a causa de las interferencias provenientes desde La Zona del Silencio, variando su dirección para ir a estrellarse directamente en el lugar. Alguien o «algo» en el interior de la zona provocó que el misil no cayera donde debería.

La otra, no menos sorprendente, dice que, sabiendo desde Estados Unidos los numerosos avistamientos Ovni y casos extraños que se sucedían en esa zona de México, variaron intencionadamente la guía del misil para que fuese a estrellarse allí. De esta forma, podrían solicitar entrar en territorio mexicano para hacer una investigación.

Y eso es exactamente lo que sucedió, porque, después de que el misil se estrellara, el gobierno de Estados Unidos, solicitó formalmente al gobierno de México, poder cruzar su frontera para recoger los restos del misil. El gobierno de México dio su permiso, pero obviamente, con vigilancia por parte militar del país.

Los investigadores estadounidenses entraron para hacer la investigación pertinente con custodia militar mexicana. Y de repente, se sucede una petición francamente extraña. Los militares y científicos estadounidenses solicitan poder llevarse toneladas de tierra para ser analizada.

¿La excusa?… la pequeña cápsula de Cobalto 57 que se encontraba en el interior del misil. El Cobalto 57 es radioactivo.

En muy poco tiempo, se construyen carreteras por donde circulan cantidades ingentes de camiones cargados con tierra del lugar y no solo eso. Para aligerar el tema hasta se construye una pista de aterrizaje hasta donde llegan aviones para la misma tarea y despegan en dirección a los Estados Unidos.

Lo mejor del caso es que los Athena no llevaban carga radioactiva… excepto ese.

 

Josefina y Ernesto Díaz.

Quizás el caso más conocido (y no es el único) que sucedió en La Zona del Silencio es el de Josefina y Ernesto.

En Octubre de 1975 ambos se encontraban en el lugar buscando fósiles. Esa tarde empezó a llover de manera intensiva, con lo que ambos se dirigieron hacia su coche para irse. El lugar donde se encontraban empezaba a anegarse y en el momento de arrancar el coche, las ruedas empezaron a clavarse en el barro. No podían salir de allí.

Ambos explicarían que «de la nada» aparecieron dos hombres altos y rubios que vestían un chubasquero de color amarillo, que sin terciar palabra, se dirigieron hacia la parte trasera del vehículo y empezaron a empujarlo.

Pusieron el coche de nuevo en marcha y con la ayuda de ambos hombres, consiguieron dejar la zona embarrada y poder liberar el coche.

Cuando salieron del barrizal, Josefina y Ernesto salieron del coche para agradecer a esas personas la ayuda que les habían prestado, pero en el par de segundos que tardaron en salir del coche para dirigirse hacia ellos, se dieron cuenta que habían desaparecido.

Ya no había ni rastro de ellos.

 

Cementerios de animales.

Otro caso curioso que se da en La Zona del Silencio es la agrupación de animales que va a morir al lugar.

Hay no pocas granjas alrededor del lugar. Los animales que allí viven siempre tienen «predilección» para ir hacia el lugar por algún motivo, pero esa predilección parece casi una obligación cuando los animales tienen que morir.

Abandonan sus granjas para dirigirse hacia diferentes puntos de La Zona del Silencio (obviamente dependiendo del lugar donde se encuentre la granja) y, como si de un cementerio de elefantes se tratase, se dirigen hacia el mismo sitio donde otros han muerto antes, para perecer en ese lugar. Hay verdaderas concentraciones de restos de animales muertos que en un momento concreto, decidieron andar hacia ese lugar para morir allí.

 

Hay muchas historias en la zona, pero investigando sobre el mismo, hay una cosa que me sorprendió mucho y que, bajo mi punto de vista, tiene mucho sentido… o no. Digamos que me ha resultado muy, muy curioso.

La alineación de La Zona del Silencio con otros puntos extraños del planeta.

Os lo muestro con esta imagen (que es propiedad History Channel) donde lo podréis ver más gráficamente.

mapa-zona-do-silencio-To-no-Cosmos

La Zona del Silencio está perfectamente alineada con El Triángulo de las Bermudas y con las Pirámides de Egipto…

Pero no queda ahí la cosa… perfectamente alineados todos, si continuamos con la línea hacia el Océano Índico, coincide perfectamente con El Triángulo del Dragón.

Para los que no lo sepáis, El Triángulo del Dragón es otro triángulo en el que se suceden desapariciones (sobretodo de barcos) que está cerca de Japón.

Mapa Triángulo del Dragón - Océano Pacífico

El Triángulo del Dragón. La imagen no es nuestra.

 

Hay muchas más historias sobre La Zona del Silencio que no nombraré, no porque no sean interesantes, sino porque después de bastante tiempo investigando sobre el lugar, no he conseguido mayor información…

Por nombraros algunas os diré que se han encontrado esqueletos de gigantes dentro del perímetro de la zona, una tribu que vivió en la zona hace 3.000 años que se llamaban Anasazi y que tenían extrañas pinturas que se parecerían a gigantes que vienen del cielo, la del aviador mexicano que habiendo cruzado todo el país hasta Estados Unidos fue a estrellarse en la Zona del Silencio… etc

Hasta otra muy curiosa, la del Antropólogo Harry de la Peña, que encontró en La Zona del Silencio un meteorito al que se le han calculado más de 13.000 millones de años (previo a la formación del Sistema Solar) y tres veces más viejo que nuestro planeta y que según él mismo explica, contiene Magnesio de peso 26.

El Magnesio 26 no existe en la Tierra.

 

No se si La Zona del Silencio es realmente tan misteriosa como parece, pero pienso que allí suceden cosas francamente extrañas que hay que tener en cuenta y que tienen difícil explicación. Me gustaría poder visitar ese lugar y pasar la noche en ese lugar para poder experimentar algo por mi mismo.

Sería francamente espectacular… aunque no lo podría retransmitir en directo.

 

Dani, 17 de Diciembre de 2017.